viernes, 10 de diciembre de 2010

HOMENAJE A "XUACU EL DE SAMA"

Cartel anunciador del acto

FIGURA DE UNA ÉPOCA DORADA DE LA CANCIÓN ASTURIANA, PREMATURAMENTE DESAPARECIDO

Joaquín Martínez González, “Xuacu el de Sama”,  será recordado el día 17 de diciembre de 2010 en el Auditorio del Conservatorio de Música Mancomunidad “Valle del Nalón”, de Sama de Langreo, donde se le tributará un homenaje al cumplirse los 75 años de su fallecimiento. El acto contará con la participación de un buen número de intérpretes y ha sido organizado por El Ché de Cabaños, José Luis Ordóñez “Pirri” y José Manuel García Álvarez, intérprete de tonada mierense. El mundo de la tonada recuerda así la figura, prematuramente desaparecida, de uno de los más grandes intérpretes de todos los tiempos, Joaquín Martínez González, “Xuacu el de Sama”, quien, paradójicamente, nació en Oviedo (10 de mayo de 1900), aunque su carrera musical la desarrolló en el valle del Nalón.

Xuacu el de Sama
Comenzó a trabajar de muy niño -con 14 años- realizando labores de pinche para su padre, cantero, una profesión de un sector en alza en Oviedo. Su gran profesionalidad le proporciona muchas obras por lo que se traslada con toda la familia a Sama de Langreo, concretamente al pueblo de Cuesta de Arco. Allí, “Xuacu” conoce y se casa con Concepción Menéndez, el 10 de abril de 1920. Tuvieron cuatro hijos: Higinio, Matilde, Maruja y Joaquín.

“Xuacu” es muy solicitado para cantar en cenas, espichas, bodas y funciones benéficas. Comienza el trato con muchas personalidades de la zona langreana, se integra en el Coro Santiaguín, que dirige Cipriano Pedrosa, y alterna con intérpretes de la época como: Quin el pescador, Los cuatro Ases, Lauro Menéndez, Juanín de Mieres y el Gaiteru de Libardón. La voz de Xuacu era “agreste”, como la definía Alfonso Camín; varonil, excepcional, recia y apropiadísima para la ideal interpretación de la “tonada”. A juzgar por lo escuchado en sus grabaciones, cantaba con un estilo inimitable, siendo el mejor de los mejores, no sólo por la pureza de su estilo, sino también por sus extraordinarias facultades, que le permitían lanzar al aire sus tonadas, nuestras asturianadas más difíciles, con la facilidad de los elegidos. La canción asturiana alcanzaba calidades no igualadas al conjuro de su voz vibrante y sonora, agradable como el terciopelo en los graves y potente y desafiante en los agudos, como corresponde a la bravura de nuestra canción.

El 22 de noviembre de 1935, “Xuacu, el de Sama” se encuentra enfermo. Es muy joven, 35 años, y sus amigos organizan dos funciones a beneficio suyo. Poco después, el 18 de diciembre de 1935, en su casa de la travesía Hospital de la Torre de Abajo (Ciaño) fallece Joaquín Martínez González, “Xuacu el de Sama”, el mejor cantador de su época y un auténtico  modelo a seguir.

Se nos fue prematuramente la figura de una época dorada para la canción asturiana a cuyo florecimiento y esplendor tanto contribuyó. Pero nos queda su legado que es, sin duda, lo más preciado que podía dejarnos: una obra llena de talento, hermosa e imperecedera.

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