Las imágenes son alucinantes y no dejan a nadie indiferente, más bien perplejo. Asombra constatar la solidaridad en una profesión de riesgo y emociona ver cómo se protege la vida del caído aún a costa de la propia. Gusten o no los toros, quienes han hecho de este espectáculo su modus vivendi (puro arte en ocasiones) merecen todos mis respetos a la vista de este vídeo. ¡Chapó, señores!, por esa auténtica lección de solidaridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario