¡Hola! Soy un perro guía y quiero enseñarte cómo debes actuar cuando te encuentres conmigo en compañía de mi amo ciego. Antes que nada, déjame decirte que soy un perro de trabajo, no una mascota. Cuanto más me ignores, mejor será para mi amo y para mí.
Mi comportamiento y mi trato son totalmente diferentes a los de otros perros y debo ser respetado en mi doble función de guía y fiel compañero de mi amo ciego. Por favor, no me toques ni me acaricies cuando me encuentre trabajando, o sea cuando me veas con el arnés puesto. Si lo haces me puedo distraer y yo no debo fallar jamás. Lo más adecuado, entonces, es ignorarme. ¡Pero no por ello vayas a sentir temor alguno! Los perros guía estamos adiestrados y nunca seríamos capaces de hacerte daño sin motivo. Eso sí. Si traes contigo a otro perro, por favor contrólalo para evitar que llegue a producirse algún accidente cuando pase a mi lado o al lado de mi amo ciego.
Por favor, no me ofrezcas golosinas ni alimentos: mi amo ciego ya se encarga de ello con esmero. Estoy bien alimentado y tengo un horario prefijado para ir a comer. Cuando te dirijas a una persona ciega que se acompaña por un perro guía como yo, háblale directamente a él y no a mí. Si un ciego con perro guía llegara a solicitarte ayuda, acércate por el lado derecho, de modo que yo quede a la izquierda. Me ordenará entonces que te siga, o bien te pedirá que le ofrezcas tu codo izquierdo. En tal caso me hará una seña para indicarme que estoy temporalmente fuera de servicio.
Si un ciego con perro guía te pregunta direcciones, dale indicaciones claras del sentido en que debe girar o seguir para ubicar el lugar al cual se dirige. No corras ni tomes del brazo a una persona ciega en compañía de un perro guía sin antes hablarle. Tampoco toques mi arnés, ya que el mismo es sólo para el amo ciego a quien acompaño. Los perros guía tenemos lugares y horarios predeterminados para evacuar nuestros esfínteres. Yo, como perro guía, estoy habituado para viajar en todo medio de transporte echado a los pies de mi amo ciego sin causar molestias a los pasajeros, tanto dentro como fuera del país.
En virtud de su riguroso entrenamiento, los perros guía están habituados y capacitados para acceder y permanecer junto a sus respectivos amos en todo tipo de establecimientos, tanto de salud como en centros comerciales, restaurantes, supermercados, cafeterías, cines, teatros, centros de estudio o trabajo, etc., sin causar alteración al normal funcionamiento de los mismos ni molestias al personal o al público. En los lugares de trabajo, los usuarios de perros guía se encuentran capacitados para ejercer sus funciones con ellos a su lado.
Acorde al entrenamiento que reciben, los perros guía nunca vagan a su arbitrio por los recintos, sino que permanecen echados a los pies de su amo ciego. Los perros guía tienen el mismo derecho que estos para gozar de libre acceso a todos los lugares públicos.
¿Me ayudas a difundir todo esto? ¡Gracias, amigo mío!
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