Que la sidra se ha puesto de moda en los últimos tiempos no hay quien lo dude; pero no ya sólo en Asturias sino en el País Vasco y en Cantabria. La figura del "escanciador" es imprescindible para conseguir el máximo sabor de la bebida autóctona asturiana mediante un buen "culín" (o culete, como prefieran). Un mal escanciado puede echar a perder la mejor sidra del mundo y por estos lares somos muy exigentes con el asunto.
Sin embargo, la escasez de buenos escanciadores ha dado paso a todo tipo de artilugios (malos sustitutos del hombre/mujer) que permiten escanciar la sidra en los comedores más fashion de los restaurantes más glamurosos sin salpicar (y de paso se ahorran unos sueldos).
El último invento (desde el famoso "Manolín" ha habido muchos), o penúltimo, quién sabe, lo hemos encontrado en el restaurante "Máter Asturias" (Santillana del Mar-Cantabria). Una pasada que tiene visor electrónico y todo. Lo malo es que el "culete" de sidra cuesta noventa céntimos de euro y la botella 5,40 euros. Como para tomarse una caja en estos tiempos de crisis. Pero el "aparato" mola y hasta tiene pedigrí.
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