sábado, 7 de febrero de 2015

MARISA VALLE ROSO SIENTA CÁTEDRA EN MIERES


Fantástico concierto de Marisa Valle Roso en el auditorio Teodoro Cuesta de Mieres (viernes, 6 de febrero de 2015) que estuvo magníficamente arropada por dos músicos imperiales: Rodrigo Sturm, a la guitarra, y Pablo Carrera (el nuestru Pablín) viento y percusión.

Empezó el concierto con Chavela Vargas y terminó con Camarón de la Isla (hay que decir que Marisa se metió al público en el bolsillo desde la primera nota). Entre medias, la intérprete nos hizo "VOLVER" a bailar un tango con Carlos Gardel, nos llevó desde Ayamonte hasta Faro con "MARÍA LA PORTUGUESA", de Carlos Cano, nos sentimos dichosos con el "HALLELUJAH", de Leonard Cohen, y recogimos "UNA ROSA ES UNA ROSA" en el jardín de Mecano. Y no sólo eso, el concierto fue mucho más. Buenas sensaciones, buenas vibraciones y una forma de cantar inimitable. Marisa es capaz de versionar cualquier canción mejorándola. Solo le falta cantar ópera.

Una puesta en escena sencilla, pero una voz que lo llena todo, pletórica, clara y tocada de una magia invisible que caló de inmediato en los oídos de cada uno de los que estábamos en el auditorio. Sorprendente Marisa, que destila aún una inocencia y una frescura que contrastan con la fuerza interior que le da alas a una voz que todo lo puede, que mece las notas a su antojo y las envuelve para regalo (un regalo que recibimos de mil amores y siempre agradecidos). Naturalidad y sencillez la definen y así nos lo transmite.


Fue una hora y media de un concierto que se nos hizo corto. De buena gana hubiésemos "soportado" quince minutos más como mínimo. No se llenó el auditorio pero hubo una buena entrada. Público participativo, cariñoso y reconociendo la valía y categoría de una intérprete que de haber nacido en Madrid y tener un buen padrino, sería , sin ningún género de duda, una figura de la música visto que el actual panorama musical español está cargado de medianías y enchufados que no valen un pimiento. Hubo quien en un momento del concierto gritó "Marisa, Eurovisión". Seguro que no defraudaría. Pero ella, creo yo, está para mucho más. A ver si el mierense Víctor Manuel no se duerme en los laureles y le da el empujón que Valle Roso necesita para triunfar fuera de Asturias.

Al final le pregunté por qué no había hecho un bis con "La colombiana". Michel -me dijo- esa ya está pasada de moda. Jesús, qué niña y qué claras tiene las ideas. Y qué gran concierto nos brindó la felguerina. Lola Flores, Chavela Vargas, Leonard Cohen, Mercedes Sosa, Gardel y Cano, escondidos tras la cortina trasera del escenario, la miraban estupefactos y sonrientes. Tras los últimos aplausos creí escuchar cómo alguno de ellos, no puedo asegurar quién, decía: "No hay quien le tosa a esta niña". Enhorabuena, güaja, la música te quiere y te necesita.

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