viernes, 11 de septiembre de 2009

UN VICIO MENOS


Por cierto, he dejado de fumar, me he pasado al bando de los "pasivos". El domingo, 6 de setiembre, quemé mi último cigarrillo. Ya sé que para ti -que nunca tuviste el vicio- carece del más mínimo mérito, pero para los fumadores compulsivos -de un paquete/día, mínimo- los daños colaterales son cuantiosos. Insomnio, ansiedad, "mono", mal humor, etc. Y ahora que la ley nos persigue y arrincona como si fuéramos apestados me alegro de haberlo dejado. De momento, no me subo por las paredes; tampoco me dan sudores fríos; llevo el trance con la mayor dignidad posible y me refugio -y consuelo- en sus futuras bondades. Dicen que a los pocos días notas una mejoría sustancial en el cuerpo. Respiras mejor, aprecias mucho más los olores y sabores, te cansas menos, los dientes se blanquean como por arte de magia y tienes a tu alcance otra serie de ventajas que el tabaco te impedía disfrutar. En fin, que lo tengo claro. Ahora bien, si es cierto -como dicen- que el sobrepeso se adueña de los cuerpos serranos de los ex fumadores, retomo el vicio y que le den por el saco a la ministra de Sanidad.

2 comentarios:

mafer dijo...

Yo también era una fumadora impulsiva de más de una cajetilla diaria que me sentía incapaz de vencer el hábito tabáquico y hace nueve años que tomé una de las mejores decisiones de mi vida: dejar de fumar. Es necesaria mucha fuerza de voluntad pero merece la pena no sólo por cuestión de salud que es el primer objetivo, también porque la oportunidad de conseguir un triunfo en este caso depende única y exclusivamente de uno mismo, ese es el gran reto, está en tus manos. Te sentirás muy bien. Animo.

Manzanas en el Paraíso dijo...

Lo cierto es que me siento de cine y no lo echo de menos, al menos por ahora. Y sí, es una victoria personal que reconforta. Vencer a un enemigo poderoso no está al alcance de cualquiera.
Gracias por tu aliento.
Saludos